El otro día, en la Biblioteca, me di una vuelta por la sala
infantil. Porque a mi también me gusta leer libros infantiles completos.
Buscando otro libro, me encontré Trafalgar, de Benito Pérez Galdós.
Me pregunte por qué ese libro estaba en la zona infantil, cuando ya sabía que había
otros ejemplares en la sala general de la biblioteca. Hojeándolo, me di cuenta
que ese libro era una versión para niños. Ya no se trata de una traducción,
porque no hay nada que traducir, sino de una versión hecha exclusivamente para
niños ¿Pensaría la editorial que un niño no es capaz de leer el libro original?
Si es así ¿para qué hacen una versión? Sería mejor no publicarla, entonces.
Ahora un niño lee esa versión ¿que pensara cuando sepa que lo han estafado, que por otro lado circula una versión
para adulto? Porque una vez que se ha leído ese libro, será muy raro que vuelva
a leerse la otra versión
Esta anécdota que he contado, a la vez que una reflexión,
me da pie para que una vez más hable sobre la literatura infantil. Quisiera ahora
redundar sobre lo mismo pero, al menos esa es mi intención, desde otra
perspectiva
No creo que haya una literatura infantil ni juvenil,
tampoco creo que haya libros recomendados para determinadas edades. Bueno, si
la hay no es por la edad sino por la formación necesaria para leer algo, digamos,
complejo. Un niño por ser niño no necesita una versión de un libro, necesitaría
en todo caso un libro acondicionado a su edad, pero no hace falta versionar clásicos
de la literatura para que lo pueda leer
Pero supongamos que los libros tienen edad y que los que llamamos cuentos infantiles, son para
niños, entonces ¿para qué hacer una nueva versión? ¿No sirve la historia tal y
como la escribió el autor para niños?
Si hacemos una versión de una versión ¿que queda del libro o del cuento? Hans
Christian Andersen, los hermanos Jacob y Wilhmen Grimm y Charles Perrault, por
citar a los tres clásicos cuentistas de la historia de la literatura,
escribieron una serie de cuentos, cuentos que, dicho sea de paso, al menos algunos
de ellos están basados en leyendas de una comunidad determinada, por eso hay
diferente versiones de algunos cuentos; decía que escribieron cuentos con una intención
satirica, tanto es asi que se ha distorsionado con el curso de la historia con
lo cual nadie repara en ella a no ser que se remonte al momento histórico en
que se escribió para comprender dicho cuento, tomándolo en su totalidad. Quiero
decir con esto que el autor no siempre escribió para enseñar y satirizar, también
para entretener a niños y adultos por igual, aunque se supone que preferentemente
a niños. Pero en cualquier caso, no siempre utilizo palabras complejas o temas
subliminares, al menos en su conjunto. Pero con las versiones y adaptaciones
que hacen para niños, sacaran un mensaje, completaran sus valores, pero por
encima de todo, recordaran el cuento o los cuentos, quizás, con el que
aprendieron a leer, porque estaba rodeado de grandes dibujos pero con escasas
letras ¿Cuántos niños leerán alguna vez el cuento tal y como lo concibió el
autor? Muy poco, por no decir ninguno. Me contentaría con pensar que al menos
uno, se ha leído el mismo cuento original, y no me refiero a la lengua, cuando
ya era adulto
Creo que al proteger a los niños, se los está
menospreciando y marginando