Para leer solo hace falta un libro, pero si a este se le añade el paisaje, la lectura puede ser una aventura apasionante, donde se confunde sueños y esperanzas Cada uno de nosotros intentamos sobrellevar lo mejor que sabemos la vida, refugiándonos en nosotros mismos y en los demás, sin olvidar la sociedad en la que vivimos. La lectura, por si sola, es placentera, grata, tanto al intelecto como al alma. Nos hace ver la vida de otra manera. Pero el paisaje también nos ayuda a complementar nuestra lectura, el silencio que imprime al paisaje nos estimula a seguir leyendo concentrarnos en la lectura.
En realidad, yo no soy quien lee en parques, jardines etc., por lo general, aunque reconozco que si he tenido alguna vez esa tentación. Leo en mi casa, y en la biblioteca por las mañanas; rara vez leo en otros sitios
Hacia finales de agosto, en compañía de una amigo, descubrí (mas bien me lo descubrió el) un nuevo rincón de lectura. Se encuentra en la Glorieta de los Hermanos Álvarez Quintero, ubicada en el Parque María Luisa. Esta Glorieta se encuentra rodeada de eucalipto. juntos con palmeras y bungavillas. Tiene forma rectangular y esta flanqueada por dos grandes bancos de cerámica y cuyos respaldos están decorados con motivos vegetales llenos de color, donde se incluyen los retratos de los dos escritores que dan nombre a la Glorieta. En el centro se encuentra un estanque rectangular precedido por una estrella en su pavimento. Hacia el final se encuentra una grada de dos escalones y dos banco cursos igualmente adornados con títulos de los Hermanos Álvarez Quintero.. Entre estos dos últimos bancos se encuentra el elemento central que precede la glorieta, realizado también en cerámica y donde se puede leer Un mismo viento impulsa las dos velas.
Pues en esta grada, entre sus muros se encuentran espacios abiertos que últimamente hay quienes depositan, anómimamente, allí libros que ya han leído o no para coger otro a cambio, formando así una cadena de libros y lectores.
No es la primera iniciativa para fomentar la lectura ni sera la ultima. Es una nueva forma de dar a conocer los libros, de encontrar libros donde menos se espero. La he resaltado mas que nada por haberla decubierto hace poco. Imagino que en otro momento surgira otro lugaar
En realidad, yo no soy quien lee en parques, jardines etc., por lo general, aunque reconozco que si he tenido alguna vez esa tentación. Leo en mi casa, y en la biblioteca por las mañanas; rara vez leo en otros sitios
Hacia finales de agosto, en compañía de una amigo, descubrí (mas bien me lo descubrió el) un nuevo rincón de lectura. Se encuentra en la Glorieta de los Hermanos Álvarez Quintero, ubicada en el Parque María Luisa. Esta Glorieta se encuentra rodeada de eucalipto. juntos con palmeras y bungavillas. Tiene forma rectangular y esta flanqueada por dos grandes bancos de cerámica y cuyos respaldos están decorados con motivos vegetales llenos de color, donde se incluyen los retratos de los dos escritores que dan nombre a la Glorieta. En el centro se encuentra un estanque rectangular precedido por una estrella en su pavimento. Hacia el final se encuentra una grada de dos escalones y dos banco cursos igualmente adornados con títulos de los Hermanos Álvarez Quintero.. Entre estos dos últimos bancos se encuentra el elemento central que precede la glorieta, realizado también en cerámica y donde se puede leer Un mismo viento impulsa las dos velas.
Pues en esta grada, entre sus muros se encuentran espacios abiertos que últimamente hay quienes depositan, anómimamente, allí libros que ya han leído o no para coger otro a cambio, formando así una cadena de libros y lectores.
No es la primera iniciativa para fomentar la lectura ni sera la ultima. Es una nueva forma de dar a conocer los libros, de encontrar libros donde menos se espero. La he resaltado mas que nada por haberla decubierto hace poco. Imagino que en otro momento surgira otro lugaar
Este lugar atractivo para leer libros al que se refiere Pedro que es la Glorieta
ResponderEliminarde los Hermanos Álvarez Quintero en el Parque de María Luisa de Sevilla, tiene una larga historia como rincón de lectura. La cosa arranca en los años sesenta y puede ser que antes. Por entonces y eso me lo contaron hace ya tiempo personas mayores que lo conocieron, había ciudadanos que colocaban allí libros para todo el que llegara y quisiera leer el que se le apeteciera. Esto también me dijeron que se hacía en algunos bancos de la Plaza de España y en el monumento a Gustavo Adolfo Becquer. Un detalle curioso de la cotidianidad de la Sevilla de entonces y que ahora, según Pedro, también está volviendo a hacerse y que es una cosa que merece la pena.
La tanquilidad y el silenco acompaña a la lectura
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