jueves, 24 de octubre de 2019

Dia de las Bibliotecas



Nunca he reparado que habiendo tantos días del año dedicados a diversos temas, no hubiese uno dedicado a la biblioteca. Y resulta que hoy  es el Día de las Bibliotecas. La conmemoracion esta inspirada en el aniversario de la obra de Lewis Carrol Alicia en el País de las Maravillas
Por lo general, las bibliotecas no son solo centros de fomento de lectura, sino también  espacios de encuentro, de integración y creación. Tanto personas mayores, como niños, acuden a las bibliotecas. Unos para leer periódicos, otros para leer y la mayoría, para estudiar, sobre todo en el periodo escolar y universitario
Convertirme en un habitante de las las Bibliotecas viene de antiguo, aunque es verdad que nunca he sido tan asiduo como en los ultimos años. Por lo general, solo iba a coger algun libro para leerlo en casa, en otra epoca, de pesimo recuerdo, era mi ocupacion normal. Desde hace unos años, voy tan solo a leer y pasear por las estanterias. Quizas en sentido peyorativo, soy un raton de biblioteca. Por cierto, hace tiempo lei una novela titulada Firmin, de John Savage, que trataba de un raton que nacio en una biblioteca y devoraba, literalmente, los libros
Me he dado cuenta que la Biblioteca es el único sitio que me hace ilusión ir todas las mañanas; sin falta voy, a no ser que tenga algo que hacer,  de lunes a viernes, incluso antes de que abran. He tomado la costumbre de tomar café en alguna de las cafetería que encuentro en el camino y.como llego antes de que abran quedarme a leer cerca de la puerta de la Biblioteca. A pesar de que no tiene el silencio que haria falta, me inspira tranquilidad y paz durante el tiempo que estoy allí
Hay sitios que destacan por su historia, su belleza, su sencillez o  barroquismo, sus recuerdos personales y cosas, en suma, que la sensibilidad de cada cual enfatiza, al menos en su imaginación. Pero aunque todos los lugares destacan por alguna cosa,  hay otros que no comparten,  no  entienden ese sentimiento que produce en nuestro interior y toman la biblioteca como un simple lugar de encuentro
Al margen de la sabiduría que encierran los libros y el placer que conlleva pasear por los pasillos de las estanterías, y hojear las paginas de los libros, la biblioteca inspira por si sola una sensacion de calma en nuestro interior, en el mundo apresurado y alterado, con el odio y el rencor casi a flor de piel, en casos excepcionales. Claro que esta  tranquilidad a veces se ve interrumpida por un movil, el susurro que se hace  molesto, voces que aunque se hagan fuera de la sala de lectura, llegan  a esta y otros ruidos puntuales que, al menos a mi, me descolocan en la lectura. Pero a pesar de todo, estar en la biblioteca es uno de mis mayores placeres. Quienes no sientan esto, no puede gustarle una biblioteca
Aunque la biblioteca la forme los libros y los lectores, una biblioteca puede estar en cualquier parte, en un piso particular. Para unos, forma parte de un decorado,  para otros,afortunadamente, hacen uso de los libros. Aunque unos vean la lectura como una enemiga, todos tienen la costumbre de hojear el libro... Algo bueno debe haber en los libros para que todos tengan esa costumbre
El marco de la biblioteca también es importante. Aunque uno se abstraiga en la lectura, siempre es placentero comprobar como a nuestro alrededor hay un grato paisaje que nos anima a seguir leyendo. Y unos lectores que nos acompañan en nuestra lectura.
Ya lo dijo Cicerón Si cerca de la biblioteca tenéis un jardín, ya no os faltara nada. La biblioteca es un marco ideal para leer y estudiar porque  su  silencio nos invita a estar a solas con nosotros mismo, intentar tranquilizarnos del mundo acelerado que llevamos. Dejamos fuera las preocupaciones de la vida cotidiana y no concentramos en un libro. La lectura, por si sola, es fantástica; no necesariamente tiene que llamarse asi a un genero concreto


Para finalizar quisiera decir que con motivo de este Día, ha habido una obra de teatro titulada Cantares de ciegos en la Biblioteca, en la misma sala de lectura.
Cuando llegue esta mañana a la Biblioteca, la sala de lectura estaba diferente, trastocada. Al fondo un pequeño escenario se alzaba al fondo, las sillas traídas del Salón y los sillones de lectura, puestas en filas,  como en un ocupando el lado derecho y dejando al otro lado el pasillo natural, porque hacia el otro lado y al fondo están las estanterías. La sala de lectura era reconocible, claro, pero esta se había convertido en algo diferente. Y tanto porque después se iba a convertir en un teatro, donde se iba a representar una obra.
La obra estaba destinada a los alumnos de institutos. Que yo estuviera allí fue fruto de la casualidad, pero el caso es que no me arrepiento de haber estado Un actor de una compañía de teatro llamada Malaje Solo, haciéndose pasar por ciego.  recitaba de memoria diversos romances, unos entresacados de obras clásicas de Literatura Española  y otros claramente inventados, intentando acercar la Literatura de Cordel, como así se llama,  a los mas jóvenes, y no tan jóvenes, Según explico el actor, una vez acabada su actuación, los cuadernillos impresos sin encuadernar (pliegos de cordel), ilustrados con dibujos, como un cómic, sobre los que mediante una vara va señalando, contando una historia real o inventada. Este genero fue muy popular durante siglos, incluso hasta la primera mitad del siglo XX.  Durante cerca de una hora, intento amenizar la obra con rigor, pero también con humor, haciéndola muy amena, apta para cualquier edad


2 comentarios:

  1. Mis encuentros relajantes y placenteros con las bibliotecas arranca desde que la llamada de la creatividad literaria surgió para fortuna de mi vida. Yo anteriormente eran muy pocas las veces que había estado en bibliotecas porque leía muy poco, hasta que brotó en mi realidad la ilusión y el sueño inmenso por la literatura, por querer ser escritor, y a partir de ahí llegó todo este mundo fascinante y hermoso de la cultura. Y todo para mí ya giraba en torno a los libros y las enciclopedias, leer, estudiar y, por supuesto, escribir. Pero resulta curioso que al principio de mi carrera literaria no lo hice, pero pasados unos pocos años, cogí la costumbre de irme a escribir a las bibliotecas, es más, solía hacerlo allí casi siempre, no concebía otro lugar más apropiado para trabajar que en estos centros. Con los años está aventura de escribir en bibliotecas se esfumó de mí vida y dejé de hacerlo, pero aquello lo recuerdo como algo atrayente y estimulante y siempre me encontré a gusto creando en estos maravillosos lugares donde realicé una parte importante de mi obra literaria.

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  2. Decia Ciceron: "Si tienes un jardin y una biblioteca, tienes todo lo que necesitas"

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